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martes, 3 de abril de 2018

Pepe Ivars logra un nuevo éxito deportivo, esta vez en los hielos del Canadá


Siempre que me pasa mi amigo Pepe Ivars la crónica de su última hazaña  la leo con suma tranquilidad, intento sentir lo que él transmite, las vivencias adquiridas, lo que la naturaleza le comunica,....en fin me deleito para casi sentirme allí, donde ha pisado para lograr algo que muy pocos humanos pueden llegar a hacer.
Y que lo haga un amigo de mi queridísima ciudad, de Denia, pues me hace sentir todavía más orgulloso ¡¡Qué narices le pones Pepe!!
En fin que me siento un privilegiado, además, por hacerme partícipe planificando tu preparación de cada una de tus "alocadas e intrépidas expediciones" ¡¡Eres un Grande entre los Grandes!!!, 
Enhorabuena

La crónica y fotos esepctaculares:

CULMINADA LA TRAVESÍA CON ESQUÍS DEL LAGO (HELADO) DEL GRAN ESCLAVO EN LOS TERRITORIOS DEL NOROESTE DE CANADÁ

Pepe Ivars conjuntamente con sus compañeros de expedición Pako Crestas y Albert Bosch  han culminado con éxito los 170Km de distancia del ala este del lago mas profundo del continente americano, el lago del Grand Esclavo (The Great Slave lake). 

Los expedicionarios partieron desde Yellowknife (Gross Cap) donde una avioneta los dejo y desde donde arrastraron sus trineos siete jornadas hasta llegar a la reserva india de LutsleK’e, y santuario del pueblo Dene. Esta reserva se encuentra a mas de 240Km de la primera carretera o ciudad conectada, y solo
es accesible con avioneta, en moto de nieve en invierno o en barca en
verano.

La travesía se realizó en total autosuficiencia, durmiendo en tienda de campaña y sin ningún tipo de ayuda externa o tecnología satelital por lo que los expedicionarios estuvieron totalmente desconectados del resto del mundo durante los 7 días que duro la travesía. “Es un nivel de compromiso alto el estar totalmente aislados y sin contacto con la civilización, en un sitio tan remoto del planeta y en condiciones hibernales, emulando en cierto modo las condiciones de aquellos pioneros de la exploración como Amundsen, Scott o Shackelton” comenta Pepe Ivars.

La expedición se desarrolló en óptimas condiciones de hielo y climatología,
consiguiendo culminar el proyecto en el mínimo de días previsto, que se había
estimado entre 7 y 10 jornadas. De hecho, el tiempo que tuvieron fue mucho
mejor del que sería habitual en esta latitud para esta época del año, y
solamente una de las jornadas presentó unas condiciones muy extremas de frio
y viento que hicieron peligrar la marcha normal y tener que refugiarse en la
tienda; pero al final se consiguió realizar en su totalidad, sin demorar en
absoluto la media de kilómetros diarios, que se situaba entre 20 y 30 por
jornada. El estado del hielo en el lago era muy bueno, sin demasiada nieve que
hubiese dificultado mucho más la marcha. En los 7 días sólo se encontraron
cinco puntos delicados en la formación del hielo, con líneas de presión
importantes que tuvieron que ser superadas dando pequeños rodeos y
escogiendo el paso adecuado para no tomar riesgos en la rotura del hielo y en
el paso de los bloques acumulados en la línea de presión.

Cada jornada constaba de unas 9 horas de marcha con unas 3 o 4 pausas para
descansar y reponer energías. Las temperaturas durante la marcha podían
oscilar entre los -30oC/-35oC a primeras o últimas horas del día, hasta los -10oC
durante las horas centrales. La temperatura dentro de la tienda durante la
noche llegaba hasta los -20oC, con lo que cabe destacar que una de las partes
más duras de este tipo de travesías, es el vivir totalmente autónomo y en una
tienda, en condiciones tan extremas, durante tantos días. En estas aventuras
es tan importante el rendimiento físico/deportivo, cómo el psicológico/mental,
ante la dureza de las condiciones y la monotonía de la marcha diaria.

Disfrutar de noches con cielos repletos de estrellas y auroras boreales con
ausencia de cualquier tipo de contaminación lumínica; estar durmiendo encima
del hielo en puntos dónde uno sabe que la profundidad del lago llega hasta los
600 metros; escuchar el crujir del hielo bajo su cabeza cuando uno está
durmiendo con la oreja pegada al suelo; o gozar de vistas inmensas en un
lugar sin ningún humano en cientos de kilómetros a la redonda, son algunas de
las sensaciones únicas que uno ha podido experimentar en esta expedición.

En el documental que realizaremos de esta expedición trataremos de ampliar el impacto del cambio climático que sufren los indios Dene en su territorio, y que presentaremos en la Marina Alta durante la celebración del día internacional de las montanas que se celebra el 11 de Diciembre.

Mas información sobre este proyecto en la web www.thelastice.info


Pepe a la izquierda con sus compañeros de expedición ultimando detalles


 


 












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